BIENVENIDO AL MUNDO CACHORRO

Te esperábamos el 12 de octubre, día de la “Hispanidad” y su gran masacre. Pero decidiste llegar al mundo otro día diferente. Así que le dijiste a nuestros cuerpos que la noche del 8 de octubre ¡ya estabas listo para salir¡ Coincidencia o no, esa misma mañana habíamos dejado preparado todo en casa y decidimos hinchar la bañera para dejarla lista. “¡¡Ahora ya está todo¡¡” Pensamos. Durante esos días yo iba terminando de preparar nuestra cueva con mucho amor: colgué los últimos dibujos, móviles y terminé de colocar nuestros tótems en el altar de poder salvaje. El altar era una colección bizarra de objetos que me inspiraban poder y que algunas amigas me habían regalado. Allí había desde una mazorca de maíz,piedras mágicas,plumas a un tubo de papel higiénico que Rita y yo habíamos convertido en un “Señor Majo”.
Pero aún faltaba algo más…María¡¡ María llegaba justo ese día de Formentera, la estábamos esperando para que nos acompañara en tu nacimiento. Esa misma tarde del día 8 vino a visitarme, le enseñé los espacios, las maletas con todas las cosas listas, tocó la barriga, reímos y tomamos café.
Todo estaba tranquilo, y tu mundo-barriga estaba a gusto. Todo estaba listo. Aunque a lo largo del día iba sintiendo algunas contracciones que me despertaban el útero, nada parecía indicar que se iba a desencadenar el día mas intenso de mi vida.


Esa noche del 8 de octubre del 2019 a las 2 de la mañana me hice pis encima, o eso creía yo. Un líquido iba cayendo de entre mis piernas poquito a poco. “¿Qué es esto? ¿Ahora me meo encima y no me entero?” . Yo iba investigando aquel líquido nuevo que iba saliendo de mi vagina. Empapa paños y lo olía, rellenaba tazas para ver su color y sabor….Hasta que choffff¡¡ Un gran charco se formó en el suelo. NO HABÍA DUDAS ACABABA DE ROMPER AGUAS!. Así que avisamos a Cris la matrona y todo se puso en marcha para recibirte. ¡¡Edu estaba entusiasmado…por fin iba a conocerte!!

¡La fiesta de Lobas daba comienzo¡

6h de la mañana. A partir de aquí todo fue poco a poco cogiendo un barniz onírico, atemporal, abstracto….Mientras llegaban Cris y Janire, yo estaba encerrada en mi habitación que se había convertido en “Mi Cueva” embriagada por un cóctel hormonal maravilloso. Janire preparaba un caldo en la cocina, Cris preparaba todo alrededor. Tumbadas en un colchón a la puerta de la habitación se pasaron horas y horas sosteniéndonos en la distancia
Me escuchaban atentamente, me vigilaban desde la puerta como lobas sigilosas agazapadas en el bosque. Nadie me molestaba. Yo me dejaba llevar, dormía, “que frío tengo….”y me envolvía en montañas de edredones que como algodones envolvían mi gran barriga-mundo.
Duermo – Contracción suave – Respiro – Duermo.
Quiero estar sola, en una oscuridad caliente, de olores conocidos y tacto familiar. Todo está donde tiene que estar, me da confianza y paz. Las contracciones son mas intensas. Me muevo, libre y confiada en mi cueva. Me cuelgo del pañuelo sostenido en la viga de la habitación, me subo a la pelota y muevo mi cadera, me tumbo en la cama… Mientras, se cuela el ruido de la sala de abajo, del cotidiano de la vida, Rita ríe a carcajadas y juega con Edu. Ese craaanc craaanc de cuerda que roza la viga me va acompañando todo el proceso. Es Rita jugando subida en el columpio que Edu le ha construido colgado de la viga. Gota a gota va brotando el líquido amniótico con cada contracción, con cada presión de tu cabeza hacia el pubis. Mientras veo como la luz del sol entra por la ventana, siento que las contracciones se hacen mas suaves. El mar está en calma. Las hormonas toman un descanso, la luz las ha vuelto a dormir. Y tú decides aprovechar para descansar y coger fuerzas.


“ Es la hora de comer ¿Que te apetece?”, me dice Janire. No lo dudo ¡¡MACARRONES CON TOMATE!! Bajo a comer con Edu, Janire, Cris y Rita. Una comida cualquiera con amigas, una comida dentro del cotidiano de una casa. Pero por dentro nada es cotidiano, todo es excepcional, especial y mágico. Siento que sigues ahí, abriendo el camino para venir a esta otra dimensión. Hablamos y paso un rato sentada con ellos en la mesa. Las contracciones se mantiene leves. No tengo hambre, comienzo a sentirme cansada. Me voy a la cueva de nuevo.
Me quedo desnuda, hace calor y frío, tengo náuseas “¿Cuanto tiempo ha pasado?
Tengo ganas de vomitar.
Cris viene y me acoge en sus brazos, se convierte en madre, en loba que protege, en manos que sostienen y calman. Me abraza, bailamos, movemos juntas la caderas, respiramos. Me acaricia los lumbares, respira y jadea conmigo. Escucha tu pequeño corazón. ¡Está estupendo¡. Cris y Janire preparan la bañera.
Las revoluciones uterinas se vuelven fuertes y ocupan todo mi cuerpo, lo desbordan y llenan la habitación. Es la hora de ir a la bañera, me sumerjo en ese agua caliente como las entrañas. Un estado líquido que me envuelve, me ayuda a transportarme y dejarme ir.
Janire me agarra de las manos, me acompaña cantando, gritando, abriendo y soltando. Me mira con sus ojos de mamífera cómplice. Es mi compañera de viaje. Todo se vuelve extraño, no consigo estar y me voy a otro mundo, las revoluciones uterinas son cada vez más intensas y seguidas, pienso en Edu. ¿Dónde está Edu?. Es el momento de que me acompañe, lo necesito porque se abre la oscuridad y no quiero entrar sola. Llaman a María para que se quede cuidando de Rita y Edu pueda acompañarme. No coge el teléfono! Que tensión!! Por fin responde y viene corriendo. María aparece en la habitación, me da un beso y deja una pluma en el altar mágico, entonces por fin, aparece Edu. Me da la mano, nos sostiene, ya no tengo miedo. Noto la fuerza de la vida, tu cabeza empujando y haciendo presión cada vez más abajo, más cerca. “ Ya queda poco “ me digo en alto a mí misma. “ Ya está aquí.. “ palabras que me animan a no perderme, a estar aquí y ahora. Cris y Edu están en silencio, como esos silencios que acompañan los momentos cósmicos.
A partir de aquí todo es borroso, los recuerdos son sensaciones abstractas, me cuesta narrar, soy todo cuerpo.
Cris unos días más tarde me contará la anécdota: “ Yo te miré y te dije : no tengas miedo, estamos aquí contigo. Entonces tú me miraste y me dijiste: No…no estáis aquí. En ese momento sabía que te habías ido a otro mundo, y que nosotras no llegábamos tan lejos.”
De repente tengo unas ganas incontenibles de empujar, no lo pide mi cerebro, sino mi cuerpo. Descanso, duermo cuando los pujos paran. ”¿Ya queda poco? “ pregunto. Nadie me responde, todos me miran con luz y confianza. No necesito que nadie me lo diga, yo sé que ya llegó el momento. Y vuelvo a jadear, gritar y cantar cuando siento que quieres salir. Gritos de animal, guturales, de entraña, de poder, sonidos ancestrales, gritos antiguos, gritos de voces de todas las mujeres del mundo. ¡¡Janiree¡¡¡ grita Cris.
Y de repente yo me voy de mi cuerpo a un lugar lejano y salvaje. Edu, Cris y Janire se quedan cuidando y sosteniendo el cuerpo, el calor, los sudores y los sonidos animales.
Descanso de lado….cuando estamos preparados me levanto y me coloco de rodillas, en vertical para que la gravedad ayude a tus pujos.
Estamos preparados. Me toco, te siento…noto tu cabeza saliendo, toco tu pelito. Ya estás aquí…Un dolor intenso, largo, me parte en dos, el aro de fuego!!….y de repente el agua de la bañera se tiñe de rojo. Y entre ese color intenso, aparece asomando tu cabecita. Vuelve otro pujo, canto, gimo, grito y gruño.

Me voy muy lejos ¿Volveré?
Y cuando estoy al límite…..sale tu cuerpecito flotando debajo del agua. Son las 9:17 de la noche. Te cojo, te abrazo,río… Todos ríen y lloran, porque cuando se celebra la vida lloramos y reímos. Siento tu olor a nuevo y a polvo de estrellas, tu calor de entraña. Edu va a buscar a Rita que sube a conocerte, ¡Que mono! dice y te da un besito.
Somos 4. Todo huele a cuerpo. El pequeño cachorro Lluc ya está aquí. Con sus ojos grises que almacenan sabiduría cósmica, su pelete de abuelito en miniatura, sus ruidos de dinosaurio y su olor a polvo de estrellas. Tan pequeño como un mundo. Nacido en tiempos de protestas, de esperanza y fuego. ¡¡Listo para desordenar el mundo!!

Llegaste rodeado de una manada de bravas lobas, que nos sostuvieron, nos acompañaron, cantaron con nosotres y sintieron suyas cada revolución uterina. Un aquelarre, un ritual de paso, una dimensión vibratil. Me hiciste poderosa en mi fragilidad, en los cuerpos que se abren y se permiten mutar, romperse para volverse a montar. Cuerpos inestables e incontrolables, salvajes y móviles. Parir es poder y el poder da miedo al patriarcado.


9 de Octubre de 2019. Carbayal, Bimenes. Asturias.